El cerebro se nutre de amor
Los niños necesitan sentirse queridos para desarrollar todo su potencial intelectual y emocional
Los niños más felices y equilibrados son aquellos que han sido cogidos en brazos, acunados, cantados, besados y cuidados con ternura por sus padres. Eso es algo que, por intuición, ya sabíamos. Pero es que ahora, además, la neuropsicología ha conseguido demostrar que el cerebro del niño también necesita de ese amor para desarrollar todo su potencial intelectual y emocional. Álvaro Bilbao, autor de El cerebro del niño explicado a los padres, lo expresa con estas palabras: «Los padres que deseen potenciar el desarrollo cerebral de sus hijos deben ofrecerles contacto físico (abrazos, besos, caricias...) y expresarles cariño y reconocimiento con frecuencia. Que jueguen y conversen con ellos, sin prisas. Que refuercen sus comportamientos positivos y, desde luego, que les pongan límites de una manera consistente».
En definitiva, un clima de afecto y comunicación no es incompatible con el establecimiento de unas normas que orienten el comportamiento de los hijos. Según se den estas variables en mayor o en menor medida, se distinguen cuatro estilos educativos:
Padres de estilo democrático: afecto con normas.
? En la relación entre padres e hijos hay altas dosis de afecto y comunicación, y un clima estable y seguro. Son padres que delimitan con claridad cuáles son los derechos y deberes de sus hijos, de modo que saben cuáles son las normas y las consecuencias de no.....
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/lavozdelaescuela/2016/02/24/cerebro-nutre-amor/00031455885859337563122.htm