domingo, 26 de noviembre de 2017

¿Cómo actuar de manera positiva cuando tu hijo desafía tus límites?

¿Cómo actuar de manera positiva cuando tu hijo desafía tus límites?

¿Tu hijo desafía tus límites todos los días? ¿No comprende el concepto de las normas? No desesperes, porque allí justamente reside la clave del éxito. Simplemente se trata de actuar de manera positiva, sin perder la calma ni la paciencia.



“No quiero bañarme”, “No dormiré solo”, “Yo hago lo que quiero” y demás pruebas infantiles no son imposibles de manejar. Es mentira que existan chicos difíciles o ingobernables. Presta atención entonces, porque en este artículo de Eres Mamá te mostramos cómo actuar de manera positiva para resolver conflictos familiares.
Porque, en definitiva, es absolutamente normal que los niños desafíen y pongan a prueba límites. Que experimenten hasta dónde pueden llegar. De ahí que sea tan importante no solo establecerlos sino delimitarlos del mejor modo posible.
Pasemos de pensar en positivo a actuar en positivo.
-Anónimo-

¿Por qué actuar de manera positiva?

Olvídalo. No se trata simplemente de ser absolutamente estricto. Menos que menos de instaurar la supremacía indiscutible del castigo, físico o emocional. Ello no comporta más que una lesión imborrable a lo largo de la vida de todo ser.
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Tómate tu tiempo, con paciencia y templanza. Con calma y sobre todo mucho amor. Solo de este modo podrás finalmente comprender qué es lo que realmente está pasando. ¿Qué se esconde detrás de estos comportamientos infantiles hostiles?
Es que, ciertamente, los motivos por los cuales tu hijo te desafía son pequeñas piezas de un rompecabezas que te darán la solución. Sea como fuere, esa solución implica ni más ni menos que actuar de manera positiva. Algo que, con el día a día de cualquier persona adulta mayor, resulta sumamente complicado.
Ya verás que, entre las razones más frecuentes de esas actitudes que mantienen tus hijos, puede que se escondan algunos llamados de atención. Si la problemática no pasa por allí, evalúa que tu hijo sencillamente no esté probando las barreras o se sienta frustrado por algo que sucedió en la escuela o incluso contigo.

5 Tips para poner límites

Poner límites sin ser demasiado duro es posible, tanto como llevar a cabo la mejor crianzaa base de flexibilidad. Desde luego, ello no implica permitir todo a nuestros hijos. Sino de educarlos explicándoles los porqués de las prohibiciones. Enseña, no ordenes todo el tiempo. ¿Cómo? Con estos tips para manejar situaciones complejas:
Cuando estamos enojados, nuestra primera reacción suele ser equivocada.
-Rick Warren-
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  • Construir en positivo siempre. Manejarse sobre los logros y triunfos por lo general suele ser una manera de educar muy potente y valiosa. No vivas hundiéndote en todo aquello que el niño haga mal. También debes reconocer y realzar sus acciones positivas y su buen comportamiento. Ello estimula e incentiva al niño a mantener ese tipo de conductas y acciones tan deseadas.
  • Trabajar en un “positivo opuesto”. Evitar pronunciar la palabra “NO” es posible, y sus efectos son fabulosos. No se trata de aceptar hasta lo inaceptable, sino de econtrar la manera de rechazar de modo positivo. Es decir, buscar una forma de decir “no”, pero desde un “sí”. Entonces, y a modo de ejemplo, no diremos “no dejes tu ropa tirada en el piso”, sino “lleva la ropa al canasto de prendas sucias”.                                                                                    
  • Cuentas claras conservan la maternidad. Sé siempre clara con las reglas y valores de la casa. Ten claridad incluso a la hora de establecer límites. No importa la edad, todo pequeño precisa conocer con certeza las normas del hogar. Establece entonces los horarios de comidas, juegos y sueños, fija sus tareas en casa y las conductas y comportamientos aceptados en la familia.
  • Poder personal de acción, no de reacción. No te enojes ni te montes al malestar del niño. Muéstrale que no apruebas para nada esa actitud. Conserva la calma, medita cuál es la mejor manera de transmitir a tu hijo eso que debe aprender para corregir su accionar. No te enganches en una pelea sin razón de ser, le das oportunidad de retarte y desafiarte. “Ya hablamos sobre las consecuencias de tus actos, no discutiré sobre esto”.
  • No a las segundas oportunidades, sí a las alternativas. Desde muy corta edad es positivo brindar alternativas al niño. Tanto, como evitar por todos los medios las tremendas segundas oportunidades. Pues ser consistente y firme en una decisión es vital para reforzar buenos hábitos. Cada acción trae consecuencias, ¡que se apliquen! Al otorgar una nueva oportunidad enseñas que tu palabra no tiene peso. No hablas en serio y puede salirse con la suya ya que no hay reglas estrictas.


https://eresmama.com/actuar-manera-positiva-cuando-hijo-desafia-tus-limites/

jueves, 23 de noviembre de 2017

Taller: Autoridad saludable

miércoles, 22 de noviembre de 2017

Los primeros 40 días son para anidar, mamar, amar, conocernos…






Eres Mamá


Los primeros 40 días son para anidar, mamar, amar, conocernos…


















Los primeros 40 días tras el parto son cosa de tres: es un tiempo para anidar, para estar en mágica intimidad, para amar con delicadeza, para conocernos, darnos la bienvenida y amarnos piel con piel… El mundo se pone en pausa, todo se detiene y todo empieza a la vez, porque pocos momentos son más mágicos que esos en los que por fin, damos la bienvenida a nuestros hijos tras haberlos llevado 9 meses en nuestro interior.

Uno de los libros más interesantes sobre el puerperio es “Postparto seguro”, de Beatrijs Smulders. Esta autora, comadrona de profesión, nos sumerge por completo en esas tareas, escenarios y situaciones más comunes que una mamá y un papá pueden vivir a lo largo de este tiempo que por supuesto, se alarga mucho más allá de los clásicos 40 días.
Tal y como hemos señalado alguna vez en nuestro espacio, el puerperio puede durar incluso un año. De ahí, que este libro nos adentre de forma realista en todas esas experiencias que conforman un auténtico caleidoscopio de miedos, emociones, de agotamiento físico, de retos, problemas y también felicidades.
Algo que suele quedar muy claro, es el hecho de que muchas mamás están casi obligadas a emerger a la fuerza de un universo puramente físico y emocional como es el parto, a sumergirse obligatoriamente a esa realidad concreta como es el trabajo, el dinero, los horarios, y las rutinas cotidianas, mientras la vida íntima y susurrante del bebé está ahí.
¿Cómo combinarlo todo? ¿Comos sintonizarnos con cada necesidad, con cada obligación?Es sin duda una travesía compleja y emocionante donde lo creamos o no, esos primeros 40 días tras el parto cuentan, y cuentan mucho. Porque es la bienvenida, porque es la adaptación y el descubrimiento de nosotras como madres y de nuestras parejas como padres.

A lo largo de los primeros 40 días tras el parto necesitáis intimidad

Los primeros 40 días tras el parto, son vuestros. Es territorio de mamá y de papá, vosotros dos juntos y el bebé conformáis una esfera única, mágica y orlada de intensas emociones que solo os pertenece a los tres. No pasa nada si durante unos días no atendéis visitas, si dejáis a un lado los móviles y vuestras obligaciones laborales. Hay alguien más importante, alguien que os pide atención, caricias, alimento, amor… El bebé.

Es momento de “anidar”

Anidar significa concretamente hacer un nido para vivir en él. No hay nada malo en asumir términos del reino animal, porque en el fondo, las conductas y los fines son los mismos: criar a los hijos, darles protección, calor, amor y por supuesto, alimento.
  • Mamá y papá anidan juntos con el bebé para darle la bienvenida tras el parto.
  • Anidamos porque necesitamos estar cerca los unos de los otros.
  • Anidamos porque así, nos convertimos en las figuras de referencia para el bebé.
  • Anidamos para estar tranquilos, para reconfortarnos mutuamente, para descubrirnos en nuestros nuevos papeles, en nuestras nuevas necesidades y obligaciones.
  • Anidamos juntos para cuidarnos: porque no solo el bebé lo necesita todo de nosotros, también la mamá necesita del papá porque está agotada, porque le duele el cuerpo, porque todos necesitamos afectos, cuidado y atención.
  • Anidamos para amamantar, para tener cerca al bebé piel con piel, corazón con corazón.

La mejor arma en esos primeros días: tu sexto sentido

En esos primeros 40 días hay muchos retos a los que hacer frente: la adaptación, la lactancia, el descanso nocturno, el cordón umbilical, el chupete, la cuna, los cólicos y sobre todo el llanto.
  • Saber interpretar el llanto del bebé es sin duda la primera necesidad que toda mamá se pone casi como obligación. ¿Llora por hambre? ¿Le duele algo? ¿Será por el pañal?… Es normal obsesionarse durante los primeros días, no obstante, poco a poco los miedos se calman y se racionalizan para emerger eso llamado sexto sentido.
  • Casi sin saber cómo, llega la calma en algún momento de esos 40 días y entendemos que lo que más necesita el bebé, es nuestra cercanía. Nos damos cuenta que tenerlo en brazos lo calma, que darle el pecho lo relaja y que no solo sirve para nutrirlo. 
Nuestro instinto maternal, ese sentido recién estrenado es un auténtico súper poder que nos maravilla y nos sintoniza por completo con el bebé. Esos 40 días tras el parto serán difíciles en algún momento, nos queda claro, pero visto con perspectiva se alzará como una de las etapas más importantes de nuestra vida.
Lo que necesitamos ante todo es crear un círculo de intimidad y sencillamente, anidar en familia. El mundo, con sus prisas, sus presiones, el trabajo, los amigos y el resto de visitas pueden esperar un poco. Porque ese periodo nos pertenece.

El miedo a la pérdida, el miedo a vivir


De todos es conocido que el primer trimestre de gestación es el que mayor riesgo entraña para la vida del bebé. Existe una relación proporcional entre la velocidad de desarrollo y la vulnerabilidad -Lipton lo explica en el capítulo Crecimiento y protección del libro La biologia de la creencia– y es justamente en estos tres meses en los que se desarrolla la mayor parte de la formación del bebé. Naturalmente, cuando uno está en una situación de vulnerabilidad es necesario que el entorno se vuelva seguro y protector para asegurar la supervivencia -esto sucede dentro y fuera del vientre materno. Por ello, las mujeres y su entorno familiar y social, en el mejor de los casos, se ocupan de crear un entorno de estas características para el bebé.

miedo-perdida

Sin embargo, todos y cada uno de nosotros sabemos que, aun haciendo todo lo que está en nuestras manos para asegurar algo, la mayor parte de lo que sucede escapa a nuestro control. El riesgo de pérdida está siempre, dentro y fuera del vientre, y todos lo sabemos. Otra cosa es que lo llevemos mejor, peor o que lo ignoremos. ¿Qué ocurre cuando queremos ignorar esta realidad o cuando nos aterra?

Nuestra lógica nos dice que cuando se muere alguien a quien no conocemos nos duele menos y esto nos permite concluir que si no nos vinculamos con el bebé nos dolerá menos si se va: hasta que no pasen tres meses no lo anunciome siento como si no estuviera embarazada y tantas otras estrategias que nos permiten pensar que mantenemos una cierta distancia de seguridad.
Yo no digo que no funcione, no lo sé. Nunca he creído en la creación de vínculos.
Y la única libertad que tenemos es la de reconocerlos o no. No me atrevería a hablarle a nadie sobre las ventajas de no reconocer un vínculo, no lo veo claro, pero sí me atrevo a hablar sobre los inconvenientes.
Un día me dijeron “cuántas maravillosas experiencias de amor nos perdemos por miedo al desamor”. Pues, sí. El miedo a la pérdida, al dolor que nos provoca, nos va conduciendo a una desconexión cada vez más profunda de nosotros mismos y del otro. Si el bebé muere antes de que hayamos reconocido el vínculo que tenemos con él habremos perdido el bebé y la experiencia de amor que nos traía. Nunca he visto que el sufrimiento más profundo cuando alguien muere sea por lo que se ha vivido. Al contrario, he observado que el mayor sufrimiento surge por lo que no sucedió, por lo que no se dijo, por el amor que no se mostró.
Por estos motivos animo a mujeres y hombres a reconocer el vínculo con los hijos desde el primer momento. Si se va dolerá, pero todos -madres, padres e hijos- habrán tenido la experiencia de amor que se merecen.

Cuando la pérdida ocurre, otra creencia que da vueltas en nuestra mente tiene que ver con el tiempo: solo tres semanas, solo diez años, duele pero ya tenía ochenta. Cierto, uno no comprende porque lleva aquí más de cuarenta años y otros apenas están alguna semana, nos entristece y nos asusta profundamente. En estos momentos me vienen a la mente y al corazón algunas personas a las que apenas he conocido pero que han marcado profundamente mi vida. Digo apenas he conocido hablando desde la creencia de que uno necesita tiempo para conocer a alguien. Pero creo que todos podemos recordar a alguien con quien no hemos pasado más tiempo del necesario para que nos dijera o hiciera justo aquello que más necesitábamos, como si hubiera accedido al más íntimo de nuestros rincones para descubrir lo único que nos hacía falta en ese momento y nos lo dio. Y quizás no nos dio tiempo a saber su nombre.
Amar y conocer a alguien está más allá del tiempo.
Por estos motivos animo a mujeres y hombres a reconocer el vínculo con los hijos desde el primer momento. Si se va dolerá, pero la experiencia de la relación íntima y profunda nos acompañará de por vida, y quizás más allá.

Tere Puig



http://nacercrecer.com/2016/01/11/miedo-a-la-perdida/

domingo, 19 de noviembre de 2017

Respetar la privacidad del niño

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La pareja acaba, la coparentalidad continua. Claves preventivas


Revista "Vivir en familia" (Barcelona) y revista "Crianza natural" diciembre 2007.

Prevenir el sufrimiento innecesario en los hijos, más allá del dolor de la separación de los padres, es el objetivo prioritario de este artículo, dirigido a padres que están en proceso de disolución de la pareja, pero que saben que deben continuar ejerciendo como padres responsables.
Sabemos que en pocas décadas, la familia ha sufrido muchos cambios. Hasta primeros del s. xx, la familia extensa compuesta por varias generaciones, vivían en el mismo hogar. En la primera mitad del s. xx, se busca la intimidad y surge la familia nuclear compuesta por hijos y padres y considerada el prototipo de seguridad. Hoy en día la familia nuclear, ha dejado paso a la familia plural : Familias monoparentales, padres de un mismo sexo, etc., nos marcan la evidencia de que la familia se ha DIVERSIFICADO en su forma. Estos cambios, requieren una profunda y constante reflexión, ya que es evidente que nuestra sociedad se enfrenta a una gran diversidad de modelos familiares en la actualidad. Cambia la FORMA de la familia, sí. Pero, ¿cambian las necesidades emocionales de seguridad, de los hijos si son pequeños y no tan pequeños?
Desde la Teoría y práctica del apego, del vínculo, constatamos que aunque haya cambios estructurales en la familia, las figuras de apego deben de seguir representando una fuente inagotable de seguridad. Los niños, establecen lazos afectivos con los padres, que son fundamentales para su bienestar y seguridad emocional. Este tema, es de crucial importancia para la prevención y la salud. Conocer la teoría del apego y las respuestas a las rupturas del vínculo, nos permite hacer una lectura más adecuada, en el caso de separación de los padres. Implica tener consciencia, de la importancia de PRESERVAR EL VINCULO con ambos padres, independientemente de que se produzca un divorcio de la pareja. Preservar el vínculo con ambos padres, es sinónimo de Seguridad y auto-estima en el niño, y este debiera ser el objetivo de toda pareja, esté unida o separada. Romper, impedir un vínculo, tiene consecuencias graves en los hijos cuando son pequeños, y también durante la adolescencia.
Todos los padres quieren lo mejor para sus hijos. Pero cuando deciden separarse, en ocasiones la tormenta es tan grande, que los hijos son los grandes perjudicados. El objetivo del abordaje preventivo, es que ellos sean PRIORITARIOS, aun cuando haya un proyecto o proceso de separación en curso. Porque la pareja acaba pero la función de padres no debe acabar. En este proceso, es importante reconocer la necesidad de ayuda profesional especializada, que oriente y ayude a formular a la pareja que acaba, la nueva reorganización emocional y de estructura familiar desde una postura de Prevención y salud.
Básicamente porque hasta ahora, tradicionalmente se ha considerado que la RUPTURA DE LA PAREJA, implicaba la DESTRUCCION DEL SISTEMA FAMILIAR. Y desgraciadamente en muchos casos, es así. Este es un caso típico:
“Mis padres decidieron una noche, que ya no querían seguir viviendo más tiempo juntos.
Yo no entendía nada. Y no sabía lo que iba a suceder a partir de ese momento.
Me dijeron:
Papá y mamá, ya no se quieren.
Cómo es posible? Si yo os quiero a los dos.
Qué ha pasado? Qué he hecho?.
Les miré sin entender.
Ellos, estaban tensos, nerviosos, inquietos y casi no se miraban el uno al otro.
A partir de ahí, empezó una guerra, en la que el territorio a conquistar, era yo”.
Todas las guerras son absurdas y sus consecuencias son terribles, como bien sabemos. . Hablan de la incapacidad de los seres humanos para dialogar y negociar. Pero esta guerra es la más dolorosa, porque el campo de la batalla, se libra en el terreno del niño. Y muchos padres, inmersos en su dolor, rabia o desesperación, no perciben el desgarro de sus hijos o no saben leer en sus síntomas físicos.
Por otro lado, la separación de la pareja, no debe implicar la desaparición de los vínculos con el entorno que ha sido hasta entonces y es SU familia completa: abuelos, tíos, primos y amigos. Si esto ocurre, el gran perjudicado, es el hijo-a.
Mitos sobre el divorcio y los hijos
  • Permanecer juntos por el bienestar de sus hijos.

    Cuántos padres, prolongan una relación acabada por temor a la consecuencia en los hijos? Cuántos padres se sienten culpables, porque no pueden cumplir el ideal de pareja para toda la vida?. Investigaciones importantes, señalan que “la continuación en el sistema familiar, “por los hijos” en caso de desavenencias, es la causa de la predisposición de los hijos, a tener dificultades matrimoniales en la edad adulta. Y es más, “los hijos involucrados en las discusiones y conflictos conyugales, reciben de los padres la evidencia de que sus progenitores no son capaces de darles orientación ni seguridad suficiente, con el consiguiente sufrimiento emocional. Por tanto, el divorcio, es la solución última pero más saludable, que la permanencia en un entorno negativo para el desarrollo emocional de los hijos.
  • Otro mito frecuente:

    El divorcio de los padres, tiene efectos negativos e irreversibles en sentido absoluto, para los hijos. Si bien, es cierto que los efectos de la separación de los padres, tienen frecuentemente consecuencias negativas en los hijos, el factor tiempo en el proceso de separación y el COMO se realiza, son fundamentales. Se sabe, que los enfrentamientos prolongados de los padres, producen un aumento del riesgo de desarrollar estados de ansiedad y depresión: Los niños desarrollan estrés y temor ante los conflictos observados y el temor a la perdida de uno de los padres. Pero lo interesante, es que los hijos de familias NO divorciadas, pero CON una alta conflictividad tienen mayores problemas de adaptación y de autoestima que los hijos de familias intactas o divorciadas pero con bajo nivel de conflictividad como lo demuestran últimas investigaciones. (Amato, keith, 1991. Amato Loomis y Booth, 1995). Esto significa que no es tan esencial que la pareja esté divorciada o no, sino el grado de conflictividad presente y el COMO lo resuelven. Es más hay estudios que demuestran que una familia intacta pero conflictiva, puede ser más perniciosa para la salud mental de los hijos, que un hogar estable tras el divorcio.
En cuanto a la repercusión en los hijos de la separación de los padres, podemos preguntarnos:
¿Es un hecho traumático la separación de los padres?
NO necesariamente constituye un hecho traumático en los hijos, si se les permite seguir queriendo a ambos y estar con ambos padres. Antes se consideraba un trauma irrecuperable, ahora una CRISIS SUPERABLE.
Hay una serie de consecuencias que se observan generalmente, en función de las diferentes edades: Los niños menores de 5 años, tienen a considerarse responsables del conflicto de sus padres. Los niños pequeños, por su inmadurez, (egocentrismo), sienten que ellos son los culpables de que sus papás no se quieran ya. El otro día en la consulta, una madre me decía que su hijo de 3 años y medio, cada vez que discutían, comenzaba a hacer payasadas para hacerles reir al mismo tiempo que les preguntaba ¿ya no estas enfadado papá. Mamá ya no estás enfadada?
Entre los síntomas habituales, los menores de 5 años, suelen tener regresiones (hacerse pis cuando ya controlaban esfínteres), miedos, alteraciones del sueño, etc.
Los escolares, presentan tristeza, sentimiento de ser diferentes de los demás, s. de pérdida. Adolescentes: dolor, depresión conducta agresiva, etc
Sin embargo todo estos síntomas, que reflejan el dolor por el temor a la pérdida en los hijos, puede cambiar totalmente, si EXISTE LA PARTICIPACION CONTINUADA DE LOS DOS PROGENITORES, evitando de esta forma que se desarrolle una intensa sensación de pérdida) Esto es fundamental. No es el divorcio en si, sino la dificultad de acceso a los padres, lo que genera sufrimiento añadido. Bien, COMO AFRONTAR la separación de la forma más saludable posible, en esta crisis evolutiva que va a dar lugar a otra manera de organización familiar, como decíamos antes:
Se nombran tres tipos de patrones psicológicos en los padres después del divorcio:
  • De Cooperación
  • De hostilidad
  • De Aislamiento entre si de la ex-pareja.
De los tres patrones, el menos conflictivo y beneficioso para todos, es el cooperativo. Los padres del estilo cooperativo, se caracterizan:
  • Por hablar con frecuencia entre ellos sobre los hijos
  • Procuran no interferirse mutuamente
  • Acuerdan funciones a desempeñar dentro de cada hogar respecto a los hijos
Llegado este punto de la exposición, tenemos suficientes datos ya para pasar al COMO. En mi práctica profesional, tengo la fortuna de poder atender consultas con parejas antes, durante y después de la separación. El resultado más satisfactorio, se produce en las consultas pre-separación para padres e hijos.
ANTES de la separación:
Como hemos visto, es el momento idóneo para acudir a una consulta de orientación familiar o preventiva.
  • Acuden a la consulta, a veces sin tener claro que desean romper (tiene otros abordajes en este caso) o con la decisión tomada.
  • Juntos, con el profesional especializado, elaboran los sentimientos que les produce la separación, rescatan los aspectos positivos, y acuerdan que su objetivo común, es continuar siendo padres de sus hijos. Para ello, toman consciencia de la importancia de colaborar como padres, más allá de sus sentimientos como pareja.
  • En este espacio, se analizan las ventajas e inconvenientes de los tipos de custodia, siempre en función de la edad del hijo-a y de su vínculo con cada progenitor.
  • Y lo más importante, se considera al hijo como sujeto con pleno derecho a acceder a ambos padres y no como objeto a disputar entre los progenitores.
En este contexto, está el tema de la CUSTODIA.
Cualquier decisión sobre la custodia, debiera de estar precedida de un adecuado conocimiento en Psicología evolutiva y formación del vínculo, para evitar daños en el desarrollo de la personalidad del menor. De ahí la importancia de llegar acuerdos entre los padres y evitar divorcios contenciosos. Los tipos de custodia, son un tema muy delicado y cada vez más controvertido. En la actualidad, hay padres que solicitan cada vez más la custodia compartida. Hay que contemplar los pro y contra que conlleva esta decisión para los hijos en cada caso particular, pero prestar especial atención en edades menores a los tres años. Estos necesitan mucha estabilidad. De ahí la importancia, de analizar cada caso de forma individual.
Una vez tomada la decisión, orientamos sobre el COMO plantearlo a los hijos:
Es aquí donde más desconcierto e inseguridad se produce, por los temores y culpa que despierta en los padres.
  • Lo adecuado para los hijos, es que la decisión se presente conjuntamente, transmitiendo SEGURIDAD en la continuidad del vínculo con ambos padres. El discurso tiene que ser claro, sencillo y no drámatico.
  • Hay que verbalizar los cambios con claridad y también lo que no cambiará. Es mejor evitar cambios de escuela, domicilio, etc. inicialmente.
  • Debe saber que la familia de abuelos y tios, no se han separado!. Solo sus padres terminan la convivencia común.
  • Es importante, saber escuchar a los hijos, aceptar sus emociones, y darles seguridad ante el cambio que se les avecina.
  • Muchos padres, caen en la tentación errónea de utilizar a sus hijos, para descargar sus preocupaciones o emociones. Otros, como arma arrojadiza contra el otro padre. Son los padres más necesitados de ayuda, y desgraciadamente los que menos acuden a solicitarla.
Este abordaje, tiene muchas ventajas y sólo un inconveniente: los padres deben PRIORIZAR A LOS HIJOS, en un ejercicio de CO-PARENTALIDAD RESPONSABLE, más allá de sus propio estado emocional hacia la ex-pareja.
Los resultados constatados con este abordaje en parejas en vías de separación (observación y seguimiento), DURANTE Y DESPUES de la separación, son muy positivos:
  • Los padres se sienten más seguros ante la actitud a tomar a sus hijos y más competentes como padres.
  • Los hijos se sienten más seguros y contenidos y se adaptan mejor al
Concluyendo:
  • Ser padres, es hermoso pero también difícil. Las llamadas escuelas de padres, son espacios formativos necesarios, tanto en parejas unidas como separadas.
  • Es un hecho, que es más fácil formar pareja, que separarse. La separación es un proceso complejo y variado en función de la personalidad de los padres y el vínculo creado con los hijos.
  • Y también es un hecho, que es más sana la separación acordada, que la permanecer en una relación sin amor, donde crece el resentimiento, el odio y la destructividad.
Yolanda González 

Guía educativa: ¿Cómo poner límites a los niños sin dañarlos? Puedes leer la nota completa en: https://www.somosmamas.com.ar/familia/como-poner-limites-a-los-ninos-sin-danarlos/


mama e hijo discutiendo

Todos los que somos padres sabemos que no es tarea sencilla educar a los niños, desde su nacimiento estos se mueven por deseos y en nuestro amor sentimos la necesidad de complacerlos en todo, sin embargo esto no es del todo bueno. 

Si tienes inconvenientes e inexperiencia, y no sabes cómo poner límites a los niños sin dañarlos ¡No te preocupes! En este artículo te daremos algunas herramientas que pueden mejorar la conducta de tu hijo sin necesidad de pasar por momentos traumáticos.

El neuropsicólogo Álvaro Bilbao a través de una guía educativa muestra las diversas formas que existen para motivar la conducta del niño sin ningún tipo de drama. 

El autor considera que el método de castigo suele ser dañino y torpe para la educación y formación de tus hijos, por ello ha ideado ciertas pautas efectivas para que todos los padres puedan aprender cómo poner límites a los niños sin dañarlos. 

Cómo poner límites a los niños sin lastimarlos
Es muy difícil para todo padre poner limites sin recurrir a los gritos, las amenazas o en algunos casos la violencia psicológica o física. Por otro lado muchas veces sentimos o tenemos el miedo que si ponemos limites los lastimamos, seamos honestos poner un castigo no suena muy agradable.

 Seguramente te estás preguntando cómo poner límites a los niños sin dañarlos, así como qué alternativas emplear para eliminar de fondo la palabra castigo y que a su vez estimule a tu hijo a tener una conducta más adecuada, ¡tranquila! 

Bilbao presenta hasta cinco formas de conseguir que esto sea posible.

El autor infiere en que tú como adulto tienes la capacidad para detectar aquellas cosas que ofuscan o generan molestia en el niño; es ideal adelantarse a esos escenarios molestos, para que este comience a vivir sin ellos, sin siquiera darse cuenta. 

Para ejemplificar esto el autor expone “Si sabes que tu hijo Santiago tiende a morder a su hermana cuando se frustra, no esperes a la pelea, ayuda a Santiago a no morderla, siéntate cerca de él y cuando lo notes frustrado, ayúdale a controlarse”

 La mayoría de los problemas, peleas y situación se dan porque los niños no pueden resolverlas. Enséñale, ayudalo o resuelvelo tú. 

Genera consecuencias que él entienda 

Es común que nuestros pequeños busquen jugar con gran cantidad de juguetes durante un solo día, esto se debe a que su curiosidad es mayor cuando comienzan a descubrir el mundo, por ello, antes de enfadarse y regañarlo por dejar juguetes por toda la casa, cálmate y pon los límites sin necesidad de dañarlos. 

Si está situación te resulta familiar, ¡tienes la solución! Pon como regla que para sacar un juguete nuevo, debe colocar en la cesta donde almacena todas sus cosas, el que dejará de usar en ese momento. 

Definir reglas y consecuencias para comprender las reglas Cambia la perspectiva Hay formas de premiar a los niños por tener actitudes positivas. 

El autor recomienda hacerle ver al niño cosas simples como un logro “Los niños que se portan bien en la merienda pueden ver los dibujos”, como es habitual, nuestros pequeños sienten afinidad por las caricaturas, con esta medida, su comportamiento del día se verá estimulado a estar con respecto a los parámetros que tú has establecido. 

En vez de castigarlo, enseñale los frutos de su trabajo.

 Repara las acciones con madurez Acá es muy importante prestar atención: Recuerda que estamos viendo herramientas para poner límites a los niños sin dañarlos, entonces debes tener claro que si un niño recurre a la violencia, no debe responderse con violencia, al contrario, debe mostrarse como se debe actuar. 

“Cuando un niño pega a su hermano, corregir el daño significa que quién realiza la acción pida perdón y dé un beso o un abrazo al afectado”, recomienda el doctor Bilbao.

Cuando un niño recurre a la violencia, no debe responderse con violencia sino que debe enseñarsele como se debe actuar.




Ponte tus límites 

El autor recuerda que la lista de “deberes” de una madre o un padre contempla estar atento con tus hijos, ya sea para sus necesidades o para compartir juegos con él. 

La importancia de enseñar a colocar límites a tus hijos sin dañarlos recae en que los más pequeños aprendan a adecuarse a los sitios que tú y él frecuentan. No hay situación más incómoda que estar en un acto que requiere de total silencio y tu hijo esté en medio de un berrinche. 

Según la licenciada María Cecília Veiga, un niño que entiende lo que debe o no debe hacer es un niño que podrá vivir en la sociedad y será respetado por ello.


https://www.somosmamas.com.ar/familia/como-poner-limites-a-los-ninos-sin-danarlos/

viernes, 17 de noviembre de 2017

Alternativas para no educar a los niños con amenazas

Educar con gritos, castigos y amenazas a los niños es un error.

Borja QuiciosPsicólogo educativo


Educar es una tarea muy cansada y, en ocasiones complicada, pero cuando los padres llevan a cabo esta tarea encuentran una gran recompensa. Los progenitores no siempre educan a sus hijos como les gustaría. A veces por la falta de tiempo, otras por el cansancio acumulado debido al trabajo, por la situación en la que se encuentran o por el carácter del propio hijo. Lo que hay que tener claro es que educar a los hijos con amenazas no es un recurso educativo adecuado para ninguna de las partes.

consejos para evitar educar a los niños con amenazas
Las amenazas son la manifestación de la violencia, no física, pero sí psicológica.Estas suelen ir acompañadas de gritos que pueden parecer inofensivos pero pueden afectar a los niños en su comportamiento y a nivel psicológico.

Por qué utilizamos las amenazas con los niños

Muchas veces los padres recurren a las amenazas porque encuentran supuestas ventajas como: ser un recurso rápido y sencillo de utilizar, no requiere un desgaste intelectual para su uso, se puede conseguir el objetivo a corto plazo, o puede infundir carácter de autoridad al que lo utiliza. Otras veces, los padres utilizan las amenazas para controlar el comportamiento de los niños debido a que les faltan recursos como:
- Saber marcar límites y unas consecuencias congruentes y adecuadas.
- Los padres están “desconectados” del niño y lastiman su auto-concepto.
Esa falta de recursos hace que muchos padres educan a los niños con amenazas cuando sienten que pierden el control. De esta manera intentan regular el comportamiento del niño basándose en el miedo.

Consecuencias de educar a los niños con amenazas

- El empleo continuo de amenazas puede conllevar al deterioro de la autoestima del niño. No se sentirá valorado por sus padres e, incluso, puede revelarse y desafiar la autoridad de sus padres constantemente.
- La continua amenaza puede causar estrés en el niño y no será beneficioso para su desarrollo.
- Con las amenazas no se enseña al niño a asumir las responsabilidad de sus actos, se le enseña a actuar para evitar un castigo.
- Las amenazas que se utilizan suelen tan fuertes que los padres no las cumplen, por lo que la palabra de los padres pierde autoridad y credibilidad.
- El niño aprenderá del ejemplo continuo de las amenazas de sus padres y se acostumbrará a este tipo de conducta. Luego empleará las amenazas como forma de relacionarse con sus amigos, conocidos e incluso contra sus padres.

Qué podemos hacer para no utilizar amenazas en la educación

Las amenazas a las que recurren los adultos como recurso educativo vienen, como ya sabemos, acompañadas de consecuencias negativas. Por tanto, los adultos deben de encontrar las verdaderas alternativas que ayuden a los niños a aprender y a crecer de forma sana. Como por ejemplo:
- Generar respeto. Es probable que el niño obedezca frente a la amenaza. Sin embargo, cuando el niño crece y desaparece el miedo, se pierde el respeto. Por ello, es necesario que el niño sepa que los padres son la autoridad pero desde el respeto mutuo.
- Utilizar explicaciones válidas. La utilización del argumento: “porque lo digo yo...” no funciona. Se debe dar una explicación clara y precisa para que el niño comprenda y pueda reparar lo que está haciendo mal.
- Ponerse en el lugar del niño. Los niños no son adultos. Hay que intentar ver las cosas desde su punto de vista.
Hablar en positivo. Cambiar el contexto de las palabras. . Los niños crean imágenes de nuestras palabras. Así, será mejor que le digas: “ve más despacio” a decirle: “No corras”.
Que el niño pueda elegir. El pequeño debe sentir que tiene voz. Dar alternativas para elegir le hace sentir que puede decidir.

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