martes, 20 de junio de 2017

Las emociones, especialmente las de los niños, no deben ser ignoradas, deben ser escuchadas, traducidas, atendidas.

Las emociones, especialmente las de los niños, no deben ser ignoradas, deben ser escuchadas, traducidas, atendidas.

Detrás del llanto se esconde siempre un mensaje:
-"Estoy triste."
-"Estoy frustrado."
-"Estoy cansado."
-"Estoy enojado."
-"Estoy asustado."
-"Me duele algo."
-"Me pasa algo o necesito conectarme contigo y no sé cómo más comunicarlo."

Esas son algunas de las posibilidades que se pueden esconder detrás de un llanto, y es lo que hay que aprender a traducir y validar.
Cuando el llanto surge ante un límite, hay que entender que NO se trata de cumplir el capricho o quitar el límite, sino de comprender, validar y acompañar la emoción que ese límite genera.
Todas las emociones son necesarias, cada emoción cumple una función en nuestra capacidad de relacionarnos con nosotros mismos, con los demás y con el mundo. No las sofoquemos, empaticemos con ellas y enseñemos a los niños formas saludables de comunicar y gestionar sus emociones (por ejemplo, si estoy enojado no se vale pegar a las personas o animales, pero puedo expresarlo con palabras o puedo pegarle a una pelota o un cojín).
El llanto no es manipulación, el llanto es comunicación.
•Mariana Gomes•