Saber escuchar.
"Cuando te pido que escuches y te pones a darme consejos,
no estás haciendo lo que te he pedido.
Cuando te pido que me escuches y te pones a decirme
por qué no debería sentirme de ese modo,
estás hiriendo mis sentimientos.
Cuando te pido que escuches y te parece
que debes hacer algo para solucionar mi problema,
me has fallado, por extraño que parezca.
¡ESCUCHA! Sólo pedía que escucharas,
no que hablaras o hicieras, sólo oírme…
Cuando haces algo por mí que puedo
y necesito hacer yo mismo,
incrementas mi temor y mi sensación de ineptitud.
Puedo valerme por mi mismo. No estoy indefenso.
Tal vez desanimado y decaído, pero no indefenso.
Pero cuando aceptas como cierto
que me siento como me siento,
por muy irracional que resulte,
puedo dejar de intentar convencerte
y pasar a la cuestión de comprender
qué se esconde detrás de esa sensación irracional.
Y, cuando eso está claro,
las respuestas resultan obvias y no necesito consejos.
Por favor, sólo escúchame.
Y si quieres hablar, espera un minuto por tu turno,
y yo te escucharé. "
.-Ralph Roughton-.